Para entender y explicar nuestros orígenes, tenemos que mencionar a su inspirador, Ángel Montalvo. Fue un jesuita muy querido por su bondad, amabilidad, por su carácter amistoso y su sentido del humor, que estuvo siempre interesado y entregado a los problemas de los demás, sobre todo de los más necesitados: alcohólicos, marginados, abandonados, enfermos, pero en especial a los niños más desfavorecidos. Así lo demostró durante veinticinco años de trabajo en la India y doce años en Mallorca, llegando a abrir en Palma cinco hogares, que pertenecían a “Mensajeros de la Paz”, para niños procedentes de familias desestructuradas y en situación de riesgo social.
A los pocos meses de su fallecimiento y con la intención de dar continuidad a su trabajo, un grupo de matrimonios colaboradores del jesuita, fundaron la Asociación Padre Montalvo para niños sin hogar, el 2 de Julio de 1984.
A partir de ese momento la asociación ha estado gestionada por una junta formada por una sucesión a lo largo de estos casi 30 años de distintas personas, que de manera altruista, han intentado mantener vivo el espíritu del Padre Montalvo y continuar con su labor, inspirándose para ello en los valores ignacianos.
En un principio desarrollábamos nuestra labor en diversos pisos, pero desde el 2011 nos ubicamos en una residencia en la calle Castilla la Mancha nº2, mucho más apropiada para las necesidades de los niños.